Que ponga tachuelas en mis zapatos para que me acuerde que voy caminando, y que cuelgue mi mente de una soga hasta que se seque de problemas, y me lleve. Y que esté en mi cama viernes y domingo, para estar en su alma todos los demás días de mi vida. Y que me quiera cuando estoy, cuando me voy, cuando me fui, y que sepa servir el té, besarme después, y echar a reir. Y que conozca las palabras que jamás le voy a decir, y que no le importe mi ropa, si total me voy a desvestir.