Nacemos, vivimos, crecemos, cojemos, comemos, morimos, pero eso ya todos lo sabemos. Reímos, lloramos, ganamos, perdemos, corremos y envejecemos, pero eso también lo sabemos. Lo que no sabemos manejar todavía es lo del medio, lo que nos pasa cada día, nos hace vivir en serio. ¿Por qué lastimamos a los que queremos? ¿Por qué idolatramos perfectos ajenos? ¿Por qué no llegamos a donde queremos? ¿Por qué desviamos amores, deseos? ¿Por qué nos morimos a veces de celos? ¿Por qué no creemos en nosotros mismos? Todos podemos ser más, ser aquello que queremos, hay que patear las perillas hasta que sintonicemos. Sólo hay que ver adelante y creer que el camino en que estás es correcto, no asustarse de nada ni nadie, sólo existe el distinto, ya no existe el opuesto. Entonces vivimos los días a pleno, sabemos que somos, tratamos de ser mejores que ayer, puro sentimiento. Somos hijos, padres, hermanos, amigos, parejas, amantes encuentros y olvidos, pero siempre dando los mejores brillos. Y no olvidarse además que la vida también tiene fecha de vencimiento, tratar de dejar algo que dure y no se eche a perder con el paso del tiempo. Sólo hay que ver adelante y creer que el camino en que estás es correcto no asustarse de nada ni nadie, sólo existe el distinto, ya no existe el opuesto. Dejar cerrar las heridas y sacar la energía que está dentro nuestro, no asustarse de nada ni nadie, sólo existe el distinto, ya no existe el opuesto.