No tengo todo calculado, ni mi vida resuelta, sólo tengo una sonrisa y espero una de vuelta. Yo confío en el destino y en la marejada, yo no creo en la Iglesia pero creo en tu mirada. Tú eres el sol en mi cara cuando me levanto, yo soy la vida que ya tengo, tú eres la vida que me falta. Así que agarra tu maleta, el bulto, el equipaje, tu valija, la mochila con todos tus juguetes, y dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo.